CANCÚN, Q. ROO.- Carlos Joaquín toma el gobierno con una deuda de 22 mil millones de pesos que comenzó a gestarse el 20 de septiembre de 2011, con apenas unos meses al frente de la gubernatura, el hoy ex gobernador Roberto Borge Angulo anunciaba el envío de una iniciativa al Congreso del Estado para refinanciar la deuda pública y emitir certificados bursátiles con el objetivo de “lograr ahorros en el pago de intereses, facilitar el cumplimiento de los compromisos crediticios del Estado y obtener financiamiento en condiciones más ventajosas”, según declaraba textualmente.
En un largo discurso, Borge Angulo justificaba esta acción como una “medida preventiva para bajar el gasto y garantizar recursos para obra pública productiva”.
La deuda se refinanció con Banobras, extendiéndose de 8 a 20 años el plazo de pago y elevando el monto de 10 mil 727 a 13 mil 025 millones de pesos.
Este tipo de maniobras fueron una constante a lo largo de toda su administración.
Segundo gran endeudamiento
Pese a que el gobierno de Borge Angulo argumentó que el “refinanciamiento” de la deuda tenía como objetivo el ahorro y la capitalización del Gobierno estatal para invertir en obra pública, los siguientes dos años continuó incrementándose la deuda estatal, pero con créditos de corto plazo que no tenían que pasar por la aprobación del Congreso.
Cuando los plazos de esos créditos se hicieron impagables por la Administración Borgista, en julio de 2013 se volvió a enviar al Congreso del Estado una nueva iniciativa de refinanciamiento por 4 mil 984 millones de pesos, que se sumaban a los 13 mil 025 millones de pesos que ya enfrentaba Quintana Roo ante instituciones bancarias.
Meses después, la calificadora Fitch Ratings degradaba la calidad crediticia del Estado a “BB+(mex)” desde “BBB-(mex)”, lo mismo que las calificaciones de cinco créditos bancarios contraídos por la entidad ante Banobras, Banorte, HSBC, Multiva e Interacciones.
Bola de nieve
Apenas un año después, el 16 de noviembre de 2014, el Congreso el Estado aprobaba sin mayor trámite la solicitud del gobernador Roberto Borge para contratar un nuevo crédito por mil millones de pesos, convertir 3 mil millones en deuda de corto a largo plazo y refinanciar pasivos por 10 mil 727 millones de pesos, heredados de su antecesor, el también priísta Félix González Canto.
Fitch Ratings había advertido desde agosto de 2014 que muchos de los créditos contratados por la Administración Borgista estaban en riesgo de impago y corrían el riesgo de que los bancos activaran la cláusula de cobro acelerado, si no se realizaban nuevos convenios modificatorios que eliminaran ese riesgo.
Para junio de 2015, el reporte de la SecretQaría de Hacienda y Crédito Público establecía que la deuda de Quintana Roo se situaba en los 19 mil 549 millones de pesos.
Reporte del IMCO
Desde 2014, la deuda del Estado de Quintana Roo llegó a representar 241% respecto de las participaciones federales que recibe la entidad anualmente. Sin embargo, ese indicador no ha dejado de crecer desde entonces. El estudio de Deuda Subnacional presentado por el Instituto Mexicano de Competitividad apenas en agosto pasado, sitúa a Quintana Roo en primer lugar a nivel nacional en nivel de deuda pública respecto de sus participaciones federales.
“Bajo esta métrica, el Estado de Quintana Roo (Gobierno estatal, Municipios y sus organismos) ocupa el primer lugar con un saldo de deuda al 30 de junio de 2016 equivalente a 250.3% del total de participaciones federales estimadas para 2016. En los estados de Coahuila, Chihuahua y Nuevo León, la relación deuda pública/participaciones federales rebasa el 200%. El promedio nacional es de 78.1%”. Lo cual quiere decir que Quintana Roo triplica el promedio nacional en este indicador. (Jesús Vázquez / QUINTANA ROO HOY)
