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28 marzo, 2024

Cultura

Tarot, entre la adivinación y la estafa

La lectura de cartas para conocer parte de nuestro futuro es una práctica que nació hace cientos de años

Las cartas del Tarot y la simbología que las caracterizan, marcan su capacidad para ser usadas como una herramienta en la “adivinación”, una manera de adelantarnos en el tiempo y ver nuestro futuro. De esa ansiedad por conocer lo que está por llegar se forma el “caldo” de cultivo de los denominados “echadores de cartas”, un campo abierto a todo tipo de estafas.

Algunos autores denominan al Tarot “el libro de la vida” porque en este tipo de naipes, entramos como el “Loco”, sin saber nada (carta 0) y cuando nos marchamos lo hacemos como el Mundo (carta 22) con todo el conocimiento.

¿Pero qué es el Tarot? El diccionario dice: “Naipe más largo que los corrientes, portador de una figura diferente en cada una de las 78 cartas de que consta la baraja, la cual se utiliza en cartomancia”. Podemos agregar que su nombre deriva de la voz italiana “taroco” surgida alrededor del año l500 y que es de origen desconocido.

ARCANOS

Actualmente un tarot está formado por dos series bien diferenciadas de naipes, llamados Arcanos. La primera agrupa a los veintidós Arcanos Mayores, con figuras simbólicas entre las que se encuentran El Mago, El Loco, La Torre, El Colgado, La Muerte, El Mundo y La Fortuna. La segunda, los Arcanos Menores, conjunto de 56 cartas, similares a los de la baraja española. Se dividen en cuatro palos (espadas, bastos, copas y oros) con 14 cartas cada uno, numeradas del 1 al 10 más sota, caballo, reina y rey.

Estas bellas barajas de naipes, de imágenes coloridas y sugerentes, usadas para adivinar el porvenir desde el siglo XV, fueron en sus inicios confeccionadas a mano probablemente sobre cartón, pergamino o cuero, y con frecuencia sobre fondo de oro. Se trataba de obras hechas por miniaturistas de talento y destinadas, por su alto precio, a las distintas cortes y a los nobles ricos.

Utilizando cartas, animales y el propio cuerpo humano, hombres y mujeres de todas las épocas han tratado de predecir el futuro. Y, aunque los ritos adivinatorios han ido cambiando con el paso del tiempo, su intención ha permanecido constante: conseguir un saber oculto que pueda ayudar a resolver los problemas de la vida. (Agencias/Quintana Roo Hoy)

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