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23 abril, 2024

Lázaro Cárdenas

Incertidumbre ejidal

KANTUNILKÍN, Quintana Roo.- Con el rechazo de la desincorporación de 20 mil hectáreas en proyecto de venta, la esperanza de los ejidatarios de Kantunilkín para poder salir de la precaria situación económica en la que se encuentran, se desvaneció.
Algunos consideran que fue lo mejor, porque la mayoría no tiene la visión para consolidar un proyecto, poniendo como ejemplo a algunos homólogos de Holbox.

O como en el ejido de San Ángel, donde fueron embaucados por la mafia agraria, y en el que hasta la fecha no han logrado la transacción de más de 17 mil hectáreas en la zona de playas conocida como Punta Caracol, ya que recibieron “migajas” por parte de Alfonso Pereyra Palomo, todo con el afán de firmar documentos de exclusividad de venta de esas tierras.

El presidente del comisariado ejidal, Leonardo Euan Cupul, reconoció que su período concluye en febrero de 2018 y no logrará la transacción de las 20 mil hectáreas, inclusive ni los trabajos de desincorporación, porque hasta la fecha no hay ninguna empresa interesada.

Precisó que la empresa Proyecciones y Logísticas del Caribe S.A. DE.C.V., pidió el 9 por ciento del total de 20 mil hectáreas a desincorporar, es decir, que se iba adjudicar mil 800 hectáreas, pero para los ejidatarios se les hizo muy alto, por lo que si surge otra compañía interesada ésta debe ofrecer entre un 6 o 7 por ciento.

Recalcó que como representante ejidal ha insistido a los campesinos que analicen bien a la persona que realizará los trabajos de desincorporación, y ya pueden alzar la mano las personas que pretenden conducir los destinos del ejido.

OPINIONES DIVIDIDAS

Diversos ejidatarios reconocieron como viable la venta de parte de sus tierras, porque consideraron que podrían disfrutar un poco del trabajo que lucharon sus abuelos.

Remigio Luit Cauich, obrero y ejidatario, coincidió en que aceptaría la venta de parte de sus terrenos, pues por su edad avanzada no tiene la fuerza para trabajar las 65 hectáreas que le corresponden, y deshacerse de una parte no le afecta.
En cambio, Juan Pablo Poot Chuc explicó que a sus 100 años no tiene otra alternativa, porque le serviría para que tenga un modo de vida.

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A su vez, Eugenio Balam Chimal aseguró que toda su vida ha trabajado la ganadería y dejará un patrimonio para sus hijos, pero puede poner a consideración una mínima parte de sus tierras.

Para las autoridades agrarias, el ejido de Kantunilkín es una de las más conflictivas por la cantidad de ejidatarios que representa, y sobre todo, porque no llegan en acuerdos, al grado de que en varias ocasiones han tomado la decisión de bloquear carreteras; una fue cuando exigieron una indemnización por los terrenos del actual relleno sanitario. (Raúl Balam/QUINTANA ROO HOY)

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