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23 abril, 2024

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¿Adicción, necesidad o moda?

Columna por Julián Aguilar Estrada

El vuelo salía a las 5:55 am, llegué a las 5 de la mañana al aeropuerto con la presión del registro, el cual fue muy rápido y al no documentar equipaje porque era una viaje de regreso el mismo día, inmediatamente después de recibir mi pase de abordar, me dirigí a la línea de filtro y un agente de seguridad me indicó que los teléfonos celulares o lap top debían ir a la vista, fue entonces cuando me percaté que había olvidado mi teléfono celular, en ese momento lo más importante era recordar ¿Dónde lo había dejado?, tal vez en el mostrador o en el coche y después de hacer un repaso mental, estaba casi seguro que lo puse en la caja que se ubica en medio de los asientos delanteros.

Después de cumplir la comisión por la cual fui a la Coordinación General, pedí el favor de comunicarme a la oficina y me apoyaron amablemente, fue como un profundo suspiro poder entrar en contacto, al fin, con alguien del equipo de trabajo y sus primeras palabras fueron: …”Despreocúpate, aquí está tu teléfono”… luego hablamos de algunos asuntos pendientes y debido a que todo fue más rápido de lo que pensábamos, sugerí que buscaría adelantar el vuelo unas 4 horas, que yo me encargaba de confirmar en cuanto tuviera certeza al respecto.

Al regresar al aeropuerto, investigué y me costaba más el cambio de horario que comprar un nuevo boleto, por lo que decidí esperar y fui a comer, después a buscar una opción para comunicarme y avisar que llegaba en el vuelo programado. De los módulos de atención me enviaron a los teléfonos públicos, para usarlos había que comprar tarjeta y me sugirieron, 7-eleven, esperé en una larga fila para que me dijeran que no había y me mandaron a farmacias del ahorro, después de otra fila me informaron que se agotaron y me recomendaron ir a 7-eleven. Me fui a sentar un rato a la sala de espera.

Minutos después llegó una señora de avanzada edad, era de Perú y viajaba a Guadalajara, se sentó a mi lado y platicamos un rato, después empezó a usar su teléfono celular para mandar mensajes y en eso se me acercó un joven para hacer una encuesta, justamente usando un teléfono celular, accedí y al finalizar le pedí el favor de usar su teléfono para una llamada y me comentó que estaba prohibido por la empresa, me dirigí hacia la señora y le platiqué mi necesidad para al final pedirle su teléfono prestado para una llamada, a lo que respondió que sus hijos le tenía prohibido prestar su teléfono…

El teléfono celular es ¿moda, necesidad o adicción?, podrían ser los 3 o ninguno, dependerá de cada persona, pero ese día viví una experiencia única, en pleno siglo XXI, con los avances tecnológicos que tenemos, si te falta el teléfono celular, te quedas incomunicado. ¿Tú qué harías en una situación similar?

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