Los legisladores chinos aprobaron recientemente el proyecto de desarrollo económico y social para el período 2016-2020, cuya meta es construir una “sociedad modestamente próspera en todos los aspectos”. Para lo cual, enfocarán sus esfuerzos en duplicar el PIB y los ingresos personales per cápita con respecto al nivel de 2010, antes del centenario de la fundación del Partido Comunista de China en 2021. “Lo que implica un crecimiento económico anual medio por encima del 6.5 por ciento en los próximos cinco años y que, en el 2020, el tamaño de la economía de China supere los 90 billones de yuanes (13,8 billones de dólares), frente a los 67,7 billones de yuanes de 2015, según el plan” (chinahoy.mx, 2017).
Además, de acuerdo con diario oficial China Daily, el gobierno chino tiene como objetivo crear 50 millones de puestos de trabajo urbanos para el 2020, y mantener la tasa de desempleo por debajo del 5%. Para cumplir esta meta, el gobierno chino anunció en enero pasado que pondrá en marcha una “política proactiva de empleo” al 2020 con estímulos al emprendimiento, formación y reestructuraciones de las industrias menos eficientes. Con lo que se pretende dar prioridad a las industrias emergentes, bajar los costos y ofrecer un marco normativo más amigable para liberar el potencial del mercado laboral chino (efe.com, 2017).
Detrás del importante cambio de paradigma que se está impulsando en China, está el liderazgo del presidente Xi Jinping quien recientemente ha logrado la reelección como secretario general del Partido Comunista para un periodo adicional de cinco años. Lo cual ratifica el poder de dicho partido desde el punto de vista político, y reafirma la apertura de este país a la cooperación e inversiones internacionales en el plano económico.
Esta decisión histórica consolida así al presidente Xi Jinping, en la posición del líder más poderoso de China después de tan sólo cinco años de dirigir el país, haciendo más difícil para sus rivales enfrentarse a él y a su política.
Restaurar la grandeza de China es el eje central de la filosofía del Sr. Xi. Ese objetivo ya ha guiado al presidente en sus políticas militares, el fortalecimiento de los controles internos y para elevar el perfil de China en asuntos internacionales. El cambio a la constitución añade una nueva gran frase – “Xi Jinping ha pensado para la nueva era, un socialismo con características chinas”.
En su informe al Congreso, el presidente Xi Jinping refirió a los logros de líderes anteriores: Mao hizo China independiente, y Deng la hizo próspera, por lo que él la hará fuerte nuevamente, para lo que impulsará al país en para una “nueva era”.
China ha demostrado que sus planes se cumplen y ahora se ha propuesto un objetivo ambicioso, pero alcanzable: pasar de una sociedad modestamente acomodada a una sociedad moderna, fuerte, inclusiva y socia del desarrollo global. De esta forma, China seguirá marcando de manera importante el futuro global a partir de sus transformaciones internas, cuyas dimensiones mueven a nuestro mundo.
