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3 mayo, 2024

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El país de nunca jamás

Los votos comprados en el Estado de México y Coahuila no alcanzan para otorgarles legitimidad, menos gobernabilidad, mucho menos estabilidad. Sus períodos apuntan a ser los más aciagos de la historia contemporánea. El escenario cívico no es propenso para empezar de cero, previo borrón y cuenta nueva. Esos tiempos se acabaron en el Estado de México, Coahuila y el país. Los supuestos triunfos contra la voluntad popular, logrados a base de mendacidades, trampas a la ley, escamoteo de las voluntades, compra de votos a mansalva, logrados con la impunidad que les brindan las fuerzas armadas. ¿Festejan? Un sueño guajiro.
Los tribunales electorales, los institutos de lo mismo, el Poder Judicial en su conjunto, con las decisiones esquizofrénicas que les caracterizan, han demostrado palpablemente, ante propios y extraños, que México ya no es un país de mayorías, sino un mosaico de minorías privilegiadas, una oligarquía sin fundamento posible. Un país sin punto de encuentro, sin alternativas ciudadanas, donde el respeto a la ley se ha cambiado por el señorío del dinero, por las influencias de las dinastías heráldicas, por el imperio del más fuerte, del mejor armado, del postor que aporte más al bolsillo de quienes deciden. El rumbo, el ritmo y el destino están asilados en la casa de la locura.
El país donde mandatarios y delincuentes pelean, compiten no para anularse, sino para privilegiarse. Para hacer saber, fuera de toda duda, a los patrones gabachos del narcotráfico quién es el más adelantado en obsequiar sus peticiones, quién es el que mejor merece sus confianzas y sus reconocimientos. El pueblo debe esperar.
La credibilidad de todas las instituciones del Estado ha sido apuñalada. La puntilla, que todos observamos desde el tendido fue la artera decisión del gobierno federal de pactar con absoluta inmunidad con los diversos carteles de la delincuencia organizada, para no quedar al margen de los moches que resultaron de la merca de la amapola negra.
Un país gobernado por una cúpula criminal donde se pactan los beneficios en función de la capacidad de fuego, de extorsión, soborno y chantaje entre los investidos y los grupos delincuenciales, que campean a lo largo y ancho del sufrido territorio nacional. El país de nunca jamás.

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