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8 mayo, 2024

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La ingratitud es más fuerte que el arma del traidor: William Shakespeare

¡Qué sucia es la política!, con mucha frecuencia escucho en la calle esa contundente respuesta frente a las conversaciones que giran en torno a temas políticos, pero me causa curiosidad el desprendimiento que tienen las personas con respecto a la política de nuestro país; unos porque no les gusta, otros porque la consideran “sucia”, “corrupta” y algunos porque no tienen ningún tipo de “ganancia”.
Platón, uno de los padres del concepto de “política” decía que el Estado debía estar a cargo de los mejores, de los más capacitados, los más virtuosos, valientes e inteligentes. Cuesta creer que 24 siglos después de lanzada esa gran verdad sigamos en manos de “mañudos”, mentirosos y vengativos.
Esos políticos que luego de recibir el voto de sus conciudadanos los abandonan y niegan que obtengan sus cargos con el auxilio del pueblo o de sus creadores, que le invierten tiempo y dinero. Esos políticos chafas creen que son ellos los que estaban ya predestinados para ocupar alguna responsabilidad y que son tan buenos que ya ‘culi atornillados’ en sus puestos pueden hacer y deshacer olvidándose de quienes los llevaron ahí.
La soberbia, la falsedad, la prepotencia significan las características de los que se consideran tan fuertes para acumular riqueza y hacerse más poderosos a costillas de burlarse, alejarse y medrar con quienes le ayudaron a ser los que son. Fatuos y soberbios.
¿Nombres? Ni caso tiene porque el pueblo los identifica; ya se sienten héroes caídos del cielo y se han olvidado de sus orígenes y de quiénes los encumbraron. Algunos ni siquiera mencionan el nombre de su entrenador o mentor en sus discursos; ¡son ellos y nada más ellos los que lograron el fenómeno de ganar elecciones y estar en puestos donde se ganan muchos millones! ¡Qué disparate!¡No cuentan en el agradecimiento ni los líderes populares, ni los seccionales, ni los llamados ‘dirigentes ‘naturales’, no, para nada, ellos se hicieron solitos y toda la fama y el dinero es para ellos y sus familias, nada más!
Como los actuales legisladores, alcaldes, funcionarios públicos, quienes dicen no deberle nada a nadie, solamente a ellos. Ni siquiera actúan como decía el famoso boxeador Raúl ‘Ratón’ Macías: “Todo se lo debo a mi manager y a la virgencita de Guadalupe”, reconociendo al menos a su director técnico, acá nada, cada quien se basta solo y llegó solito. ¡Qué barbaridad! Se alejan del pueblo, se enriquecen, acumulan fortunas y todo lo malo que se puedan imaginar.
Corruptos ha habido por docenas y los sigue habiendo, cada vez más osados y sinvergüenzas… Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

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