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18 abril, 2024

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Los resultados son inevitables

¿Qué tan segura es la ciudad?, le pregunté al conductor del taxi, en el mes de marzo de este año, mientras nos dirigíamos hacia el lugar donde se llevaría a cabo una importante reunión de trabajo en una de las ciudades que conforman la zona conocida como “Cuna de la Revolución Mexicana”, y me respondió:
-Mire señor, aquí las cosas han cambiado mucho, ya todo está muy tranquilo gracias a Dios, ahora ya solo asaltan a mano armada en la calle o a casa habitación, alguna balacera por ahí de vez en cuando, ya la gente a las 7 de la noche todavía anda en la calle, no mucha verdad, pero al menos ya hay más confianza de salir-…
Estimado lector, si continuo relatando la conversación, seria hasta agresivo compartirles lo que me comentó después de cuestionarle, que si eso significaba estar más tranquilo, entonces ¿qué es lo que pasaba antes?
La palabra Seguridad proviene del latín securitas, (sin cuidado, sin precaución, sin temor a preocuparse), que significa libre de cualquier peligro o daño. La seguridad es la garantía que tienen las personas de estar libre de todo daño, amenaza, peligro o riesgo.
Para Abraham Maslow, psicólogo estadounidense, la seguridad es una necesidad, la segunda en orden de importancia, después de las fisiológicas, y según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2016, del INEGI, la mayoría de los mexicanos tienen la percepción de inseguridad.
Se dice que cuando un problema nos ha rebasado, se recomienda volver a las bases y las bases en este caso puede ser la familia, la educación en casa, señoras y señores, jóvenes, hay que abrir los ojos y despertar la conciencia. La familia es la institución básica de la sociedad y es ahí donde se forman o no los valores que pueden rescatar el tejido social, construyamos una mejor sociedad, Juntos y en Acción. Los resultados son inevitables.

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