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19 abril, 2024

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Sacando raja de los escombros

Desde hace más de 70 años la pobreza en México se administra y se aprovecha con fines electorales. Pero lucrar desde hace 7 días con la pobreza y la desgracia, se vuelve muy grave. Las inundaciones son desgracias que siempre se anuncian, y no así los terremotos que aparecen sin advertencia. El agua avisa y mientras seamos capaces de descifrar sus señales nos podríamos adelantar a su furia, resguardándonos. Aquí que Maquiavelo se detenía a reflexionar sobre el voluble cauce de los ríos cuando era necesario hablar de prudencia y fortuna.
Lo sucedido en México hace unas semanas no se pudo prevenir, pero si detener a que muchos ciudadanos fueran desplazados por soldados para comenzar a abusar de su desgracia, y donde ante este escenario, los mundos de las metáforas de Maquiavelo quedaron en evidencia al levantarse un puente de conexión entre la naturaleza misma y la acción política ya que mientras la teología separa los continentes del “mal moral” y el “mal natural”, la política maquiavélica los enlaza a través de una noción que sugiere criterios de responsabilidad.

El mal natural es aquel que no lo produce el hombre como los terremotos, huracanes, inundaciones o epidemias sobre las cuales no tiene el control, pero el mal moral lo volvemos lo contrario cuando lo provocamos por la acción voluntaria como los crímenes o las guerras.
Los mexicanos no somos del todo inocentes ante lo que hoy está sucediendo y nos lesiona ya que, si los terremotos han destruido nuestras ciudades, ha sido por su mala edificación o por las corruptelas permitidas con los edificadores, donde la política y los políticos no pueden seguir proclamándose inocentes ante un enjambre de decisiones, diferimientos e intereses institucionales. Por lo que a 8 días de esta desgracia sísmica habría que preguntarnos quién no ha “sacado raja de los escombros”. -Enumerar seria vasto pero ante los ojos de los cibernautas quienes a diario propinamos tremendas palizas contra todo aquel vivas que quiere utilizar su publicidad política o institucional, lo impedimos no permitiendo a que muchos quieran seguir lucrando con la tragedia y los damnificados. Primero fue Morena y su 20%, para que luego la Barrales, Anaya y Delgado al unísono se sumaran a la iniciativa del tabasqueño como si las prerrogativas que es dinero nuestro lo pudieran gastar a su libre albedrío. Después vino el ejército que sigue sacando raja para los gobiernos, al obedecerlos a que solo se entreguen víveres en los Centros de acopio oficiales administrados por ellos o por el DIF Nacional. Qué decir del show montado de una imaginaria niña donde el fin era obvio al quedar claro en darle propaganda al titular de Educación.

Ya lo decía Javier Peñalosa en su artículo, la tentación de lucrar con la desgracia ajena no es exclusiva de los políticos ya que, desde inicios de septiembre hasta la fecha, empresas privadas, medios de comunicación, organizaciones con pretensiones filantrópicas incluso algunas aquí de Cancún se erigieron como administradores de la generosa ayuda popular, gestionando centros de acopio y haciendo llamados a realizar donativos de terceros sin quedar claro que han aportado ellas por cuenta propia sin evidenciar si hay intermediarios a quienes se los están entregando.

Amigo lector no permitamos que nos manipulen, engañen o estafen, ya que lucrar con la pobreza y la desgracia es algo grave, por lo que volvernos insensibles ante estas estafas, pueden llevarnos a la condenación o al cinismo.

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